Sergio González - Radioaficionado en Gran Canaria, Islas Canarias. WAZ 33, ITU 36, QTH LOCATOR IL28HA, IOTA AF004.

¿Con quién y como se puede hablar?


¿Con quién se puede hablar una vez en posesión de la licencia? Se puede hablar con las estaciones de radioaficionado,  de todo el mundo que se reciban en cualquier momento del día o de la noche. Por supuesto que esto incluye a todos los colegas de los países extranjeros,  a menos que la Administración nacional lo hubiese prohibido expresamente o hubiera impuesto alguna restricción específica.








 (Todavía existen, por desgracia, algunos países del mundo cuyo gobierno no permite la radiocomunicación con gentes de otras nacionalidades.)

También cabe el que la Administración propia autorice la radiocomunicación con estaciones determinadas,  que no pertenezcan al servicio de radioaficionado; por ejemplo, el intercambio de mensajes con determinadas estaciones militares o con estaciones de los organismos de seguridad, como Protección Civil, Cruz Roja, etc.

Radiodifusión

La radioafición es un servicio de comunicaciones de doble sentido,  y de aquí que ninguna estación de radioaficionado pueda transmitir información destinada a ser recibida por el público en general. Igualmente existen ciertas restricciones respecto a la difusión de una sola vía de información de interés general, incluso para el exclusivo ámbito de los propios radioaficionados, con sus correspondientes excepciones. Por ejemplo, las radiobalizas y las clases de prácticas del código Morse son transmisiones de radioaficionado,  de una sola vía que generalmente están autorizadas mundialmente.

Comunicaciones comerciales

Los enlaces por radio del servicio de radioaficionados no pueden tener ningún carácter comercial y se han de llevar a cabo entre estaciones del propio servicio de radioaficionado «exclusivamente con contenido personal y sin ningún interés pecuniario», según la Sección 3.34 del Artículo 1 del Reglamento Internacional. El vocablo «pecuniario» se refiere a cualquier clase de remuneración. Esta definición indica clara y terminantemente que ninguna estación de radioaficionado puede radiar o mantener tráfico comercial y esto no sólo es de aplicación a los intereses personales, sino a la conveniencia de cualquier otra persona.

También significa que no se puede aceptar remuneración alguna,  por la transmisión de tráfico de terceros allí donde se halle autorizado dicho tráfico; no tan sólo dinero, sino incluso cualquier clase de compensación, incluidos materiales o servicios.

Otras normas

Las estaciones de radioaficionado no pueden transmitir música. Está prohibido utilizar un vocabulario obsceno, indecente o irreverente. No está autorizada la utilización de códigos o cifrados que oculten el significado de la transmisión. Esto último significa que no es legal la utilización de un código «secreto» para comunicarse con un amigo a través del éter.

Ningún radioaficionado debe causar interferencia maliciosa (intencionada) a ninguna otra radiocomunicación. Puede ocurrir que a uno no le guste la práctica operativo de otro colega,  o que crea que aquél está operando fuera de la ley, pero ni aun así se tiene el derecho de interferir su comunicación.

El radioaficionado no debe transmitir jamás señales falsas o engañosas, como las llamadas de socorro cuando no existe realmente una emergencia. No se pueden, por ejemplo, lanzar llamadas «MAYDAY» (Señal internacional de fonía en demanda de auxilio inmediato) a menos que realmente exista una situación que amenace la vida humana (Y aun así, bueno será saber lo que dispone al respecto el reglamento nacional de cada país).

Conducta en el aire

Existe una filosofía acerca del comportamiento del radioaficionado en el aire, cuyo origen se pierde en la historia de la propia radio y que sobrevive en la actualidad,con la misma fuerza que en los tiempos heroicos. Se trata de la actitud y aptitud de los radioaficionados para cuidar y vigilar por sí mismos, el cumplimiento de las normas en las bandas propias. A lo largo de los años los radioaficionados se han distinguido por su capacidad para velar por el orden en la práctica operativo y en el desarrollo de las habilidades técnicas. Es una tradición que debe continuar y que probablemente se fundamente en el orgullo de las cosas bien hechas, de camaradería y de preocupación por el bien que siempre ha distinguido al radioaficionado de todos los tiempos. Para muchos, la radioafición es mucho más que un mero pasatiempo.

Como futuro o ya como nuevo radioaficionado, uno comienza a descubrir los vastos horizontes que le ofrece su nueva afición y, poco a poco, se va dando cuenta de la formidable herencia que tiene por delante para respetarla y disfrutarla de inmediato. Hay que dejar que este sano orgullo se apodere de uno y esforzarse en cumplir con el Código del Radioaficionado